miércoles, 10 de octubre de 2007

Destino: Mauritania, ruta en 4x4


08-09-2007 Vuelta en tren desde Casblanca al Aeropuerto.

Marruecos, o por lo menos Casablanca, es como la Andalucía más pobre, te venden higos chumbos por las calles y cartuchos de pipas que te sirven a granel. Mi madre me contaba que cuando ella era pequeña mis abuelos le daban dinero para un cartucho de pipas y para el cine. Cuando el señor del puesto me ha servido las pipas en ese cartucho de papel de libreta de colegio escrito en Árabe, me parecía que estaba retrocediendo 40 años.
He conocido a un chico que se llama Abderraman, igual que el último Rey Moro de Granada. Me preguntó en el aeropuerto de Madrid por el número de asiento del billete, que son sin numerar. Es la primera vez que viaja en avión y enseguida me ha parecido una buena persona.
El vuelo para mí ha sido malo, bueno, como siempre, malo pero corto y con el agravante de que me han dolido los oídos muchísimo. Sí y eso que ya me lo advirtió Cris.
Estaba dormida en el asiento, por fin había conseguido encontrar una postura cómoda y he notado que empezábamos a bajar por el pinchazo que he sentido en la parte de delante de las orejas. Parece que te va a reventar algo por dentro. Así he estado distraída tragando saliva y abriendo mucho la boca y no me he enterado del aterrizaje, tenía muchas ganas de aterrizar.
La comida en Casablanca es "de verdad", no son patatas congeladas y los tomates saben a tomates. El bocadillo de hígado no está seco, el pan no es precocinado y descongelado y el té moruno sabe a menta, uhmm.

Abderraman es musulmán, vive en un pueblo fronterizo con Argelia y vuelve aquí a pasar Ramadán.
Se ha echado las manos a la cabeza cuando le he dicho que soy atea. Me ha recomendado que busqe y que pregunte más . Yo le he recomendado que piense por él mismo y sobre todo que piense en esta vida y no en la que pueda venir. No quiere pensar que la vida no tiene ningún sentido enpecífico, él creé que venimos al mundo con un fin concreto. No le gusta mi conclusión de que la vida sólo es vida: Marruecos, chumberas, niños fumando plata y cachimba al lado de las vías del tren, montañas, desierto...
Llegamos a la conclusión de que podíamos estar todo el día hablando de lo mismo y no ponernos de acuerdo.
09-09-2007

A Abderraman no le gusta levantarse todos los días a las 6 de la mañana. Dice que en Marruecos se vive mejor, que si tienes dinero para moverlo te puedes levantar todos los días a las 10 y vivir tranquilo.
Me preguntó cómo era posible que en España se hubiera aprobado una ley que permite a los chicos casarse con chicos y a las chicas con chicas. Me ha confesado que en Marruecos hay muchos "de esos", incluso hay un hombre de su familia homosexual y me decía que "ha intentado dejarlo, pero no puede". Los chicos se ríen de él, le miran mal y siempre está con mujeres.

Ayer hubo momentos de nervios y tensión. Cuando fui a facturar me dijeron que el vuelo estaba completo -c´est plêt- y que estaba en lista de espera -liste d´attente-
Los marroquíes son educados, hablan bajito, son solidarios. Yo me imaginaba que no iba a poder volar, pero entre que no entendía completamente el idioma y que no me podía creer que eso me estuviera pasando a mi, me puse nerviosa en varias ocasiones durante la dos horas que esperé hasta que se cerró el vuelo y ya se confirmó que tengo que volar hoy.
Pero me porté como una Campeona. Repiré hondo y pensé en positivo: si no vuelo me darán un hotel. Podré dormir, soltar esta pesada mochila que me está haciendo un moratón en los hombros y podré ducharme, que llevo todo el día sudando y , a lo mejor, me recupero un poco más de este resfríado tonto y así mañana cuando vuele no notaré esa presión tan desagradable en los oídos.
También sonseguí retenerme cuando, dirigiéndome al autobús que nos llevaría al hotel Atlas Airport, y después de hablar con Igone y confirmar que Nouakchott iba a seguir estando allí al día siguiente y yo podría incorporarme a la excursión un día después, pregunté a dos hombres, que parecían ser los chofers, qué tenía que hacer para ir al hotel al que me habían mandado.
El más joven me miró con cara de cachondeo y me dijo:
-Bon soir,
Y me tendió la mano.
-Vous êtes bien?
-Non, j´ai perdu mon avion, il est plêt el il n´avais pas de la place pour moi.
En ese momento sentí ganas de desahogarme y casi me pongo a lloriquear, pero el chico no me dejó. Se puso a bromear conmigo y a hacerme preguntas chorras.
-D´oú est que tu viens?
-De Donostia- San Sebastián
-Ah, c´est jolie, espagnole , oui?
-Oui, oui, trés jolie.
-Et, qu´est que tu fais dans la vie?
- Vivre
-Oui, je sais que tu est vie, mais qu´el est ton metier?
-Oui, je fais de locations...
-De voitures?.
Los dos hombres pensaron lo mismo.
-No, no, d´immeubles, d´apartements.
Y nada, la conversación siguió con la edad, que si no estaba casada y que si no quería un marido marroquí. Pero para entonces ya había soltado el mochilón en el suelo y tenía una sonrisa de oreja a oreja.
¡Otra anécdota! Esta es muy buena:
Me dieron la llave de una habitación que estaba ocupada. Sí, sí, con un chico sin camiseta sentado viendo la tele. Me quedé chafadísima y el pobre me miró con cara de flipado también. Parecía marroquí.
Bajé de nuevo a recepción y el chico del mostrador me dio otra habitación y me pidió disculpas. Allí estaba el niño de una de las parejas que también sufrieron el overbookin y me preguntó con ojos divertidos: la chambre êtait ocupé? -Oui! le contesté partiéndome de risa.


Me dí cuenta ayer al ir a coger el libro por la noche para relajarme e intentar dormir conla máxima normalidad, que estoy leyedo otra vez a Paul Auster (El Palacio de la Luna). Lo curioso es que este año forma parte del jurado del Festival de Cine de Donostia. De eso me he enterado por la prensa, he visto su foto y es un hombre muy alto. Ahora cuando habla en primera persona en el libro me acuerdo de la foto del periódico.
11-09-2007

Después de la mala experiencia con el overbookin de Casablanca, me fui hacia el aeropuerto sobre las 6 de la tarde, y eso que el avión salía a las 23:45.
Muchas horas sin hacer nada, viendo a un montón de mujeres y hombres mayores con chilaba blanca y con gorro. He creído entender que iban a la Meca.
El avión de Royal Air Marroc era muy bueno, grande, nos han dado de cenar y los asientos son numerados. Eso sí, había mucha gente y ha sido un poco desastre hasta que se han ido colocando en sus asientos. No hacían mucho caso a las indicaciones. De hecho en el aterrizaje, antes de que se apagara la señal del cinturón ya estaba todo el mundo de pie, abriendo los compartimentos y agolpándose en los pasillos.
Tal y como me dijo Igone, para entrar en Nouakchott y te cogieran la tarjeta de entrada, había que echarle paciencia. Con mucho calor y mucha gente la espera se hace más pesada.
Ahí noté diferencias entre los que parecían más marroquís (que también eran más jóvenes) y los más negros. Aunque siempre hay de todo, por supuesto.
Los marroquís me parecieron más "chulos" y los negros más nobles. Los primeros intentaban colarse y los segundos mandarlos a su sitio. Pero la verdad es que se colaron y total para esperar fuera mil años a que salieran las maletas.
Le pregunté a varios chicos que tenían carteles para recoger gente, a ver si conocían a Alsahara Tours. Finalmente Hayant vino a buscarme a mi. Me pareció un hombre muy agradable y muy sensato.
Otro pequeño momento de pánico. Me seté en su coche y me dijo que íbamos a su casa. Me explicó que iba a descansar como una hora y que luego tendría que salir de viaje con un conductor hasta alcanzar al resto del grupo. Pensé que estaba vendida, que no tevía más remedio que confiar en ese hombre, que era de lo más agradable.
Me llevó a su casa, en la capital. Fuera había un chico durmiendo en una tienda-mosquitera, que me lo presentó como su guarda.
Hayant tiene un patio-jardín antes de entrar en la casa y tiene un corralillo con algunos animales, entre ellos una gacela, que yo aturdida (eran las 5 y 30 de la madrugada hora mauritana las 7 y 30 española) y deshubicada confundí con una cabra, ¡Já!
Al entrar en la casa me tranquilicé al ver zapatillas de mujer.
El salón es muy bonito, tiene una alfombra y unos colchones azules y un mueble con la tele color madera clarita y una mesita baja. Me acomodé en uno de los colchones y aunque su conversación era muy agradable, me quedé dormida en seguida, con la luz y televisión encendidas.
Al rato me llamó para despertarme, tocándome el hombro con suavidad y retirándose. Yo tenía un sueño muy pesado, me costó abrir los ojos. En la sala había otra persona más. Nos presentó: -Men, esta es Patricia
Es un muchacho joven, negro y muy guapo. Eso me recuerda que lo primero que pensé al aterrizar en Nouakchott fue: ¡joder, qué guapos son los negros! con esa piel morena, uniforme, esos ojos negros, esa sonrisa...
Men era el conductor que me iba a llevar junto al los demás.
Le conté a Hayant lo que estaba soñando cuando me despertó. Tiene mucho dominio del castellano, estiende perfectamente. Me invito a desayunar un cafñe con leche y una especie de picos largos con sésamo.
Estaba soñando que Hayant se había puesto en contacto con el grupo y que le decían que estaban muy apretados, que no cabían y que los iban traer de vuelta a la capital.
Se reía, claro, en el desierto, con todo el espacio del mundo ¡cómo van a estar apretados!
Me enseñó los millones de canales que coge gratis con Alhasira. Me llamó la atención lo iguales que son a los que hay en Europa. Uno sólo de noticias, otros sólo de documentales, de estos había varios, también varios sólo de música. Por supuesto otro de teletienda y otro de los típicos concursos para llamar por teléfono para responder a una pregunta chorra y llevarte millones de dineros.
Como no pude cambiar euros por ouiyas Hayant le dio a Men 5.000 ouiyas para mi, por si quería comprar agua o lo que fuera por el camino, y que cuando cambiara se los devolvería.
Salimos hacia las 6 de la mañana, casi no había amanecido.
Nouakchott es una ciudad grande, de casas bajas. Todo alrededor en muchos kilómetros es llano. Hay bastante basura por todos lados, hay gente durmiendo en las calles, encima de los carros, en cualquier lugar. Las tiendas se llaman "épiceries" y son como un ultramarino.
Men paró a comprar chicles y unos batidos de fresa (de Dinamarca) que estaban fresquitos y muy buenos.
Los hombres, Men también, llevan una especie de chilaba que se llama "daraá".Es como una sábana con un agujero en la cabeza y dos para los brazos. En el centro lleva un bolsilo grande. Se recogen lo que les sobra en los brazos por encima en los hombros y luego con la mano se recogen hacia atrás para que no se vaya rozando con todo.
Lo llevan en color blanco y en azul claro. Algunos también llevan turbante negro en la cabeza y se tapan la cara para que no les entre arena.
Las mujeres llevan una especie de velo, Malpha. Es un pañuelo muy grande, que se lo ponen de tal manera que les queda como un vestido largo y les da para taparse la cabeza y, si quieren, la cara. Algunas lo llevan en colores vivos y otras en negro o azul marino. Cuando les da el viento se mueven y quedan preciosos, además les sirve para que no les de la arena y que transpire el cuerpo.
El camino hasta encontrar al grupo fue muy largo. Paramos para ir al baño, por su puesto sólo hay que encontrar un matorral para que te tape. Paramos para comprar agua, pan y atún (envasado en Vigo) y también pasamos por la casa de una prima de Men con la se ha criado.
La prima de Men, Mariam, tiene dos hijos. Viven todos en un barrio de Akjujt y tienen un palmeral. Es un huerto, tienen plantadas zanahorias y algunas cosas más que no recuerdo. El hermano de Mariam nos cortó una rama de palmera cargada de dátiles para que nos la lleváramos para el camino. Estaban buenísimos.
Dentro de la casa de Mariam había una alfombra, una manta y unos cojines. Nos invitaron a compartir con ellos una bebida refrescante y dulce, hecha con leche de cabra azúcar y agua, tiene un poco el sabor del yogurt o del kèfir.

13-09-2007

La conversación con Men es agradable, aunque se nota que es más joven que Hayant. En el viaje me quedé dormida en el coche, fueron más de ocho horas.
Men es de Nouakchott, tiene 27 años, es mecánico desde hace 15 y, a veces, trabaja como conductor o guía para los viajes de grupo de la agencia. Cuando tiene días libres, el fin de semana, se va a casa de su madre, que vive cerca del mar a unos 30 km de la capital.

14-09-2007

En el 4x4:

El tour está muy definido. Vamos en coche hacia puntos concretos donde vamos a comer, dormir o visitar algo.
En los trayectos más largos solemos hacer un descanso en algún "paraje" interesante. Encima de una duna, en algún poblado...Se nota que los guías lo han hecho muchas veces y conocen el terreno y te indican dónde están las mejores vistas y las mejores sombras, etc.
Desde el segundo viaje me "asignaron" un sitio en uno de los coches y desde entonces no me ha sido posible moverme o cambiarme. Esto está bien para controlar que estemos todos, pero es muy rígido para mi. No he ido todavía con Igone en el mismo coche, no es que me importe, pero podría ser divertido. Mañana hay una pareja de Valencia que termina su viaje y entonces habrá cambios ¡¡Yuju!!

Ayer por la mañana al desayunar se notaba que los ánimos empiezan a fallar. Ya tenemos los nervios más sensibles y aguantamos menos cualquier chorrada. Pero han sido detalles sin importancia. En realidad el grupo es bastante bueno, nos llevamos bien. Pero somos distintos, por supuesto, y en muchas ocasiones no coincidimos. Por ejemplo en el tema del alcohol. Según la mayor parte del grupo, en Mauritania debería de haber bebidas alcoholicas para los turistas. Yo no lo veo así. Antes de viajar ya sabía que es ilegal y me vine para conocer otra cultura. Los mauritanos tienen un ritmo de vida lento, tranquilo. Es muy normal verlos dormidos o tendidos a cualquier hora en cualquier sitio. No quiero ni pensar cómo estarían si pudieran beber durante todo ese tiempo.

El "grueso" del grupo son catalanes: 2 parejas, 2 solteros que uno de ellos es Sevillano. Estos son todos amigos. El Sevillano es primo de una de las chicas catalana. Hay otro catalán que viene por libre, la pareja de Valencia que está en mi coche y por último Igone y yo.
Esta noche ha debido de estar toda la noche lloviendo, yo no me he enterado de nada, pero al salir a desayunar estaba chispeando y estaba todo encharcado. El aire es fresco, parece que el calor nos ha dado un respiro. No hace frío, hace una temperatura muy agradable (26º¿?).

Igone y yo hablamos con los guías, nos interesamos por la gente de los pueblos, cómo viven, qué hacen...Hemos salido un par de veces por la tarde-noche, cuando el sol ya no está y apetece moverse.

Un día bajamos con Abdelahí en Wadan, desde la ciudad que está arriba, hasta los jardines que están debajo de la loma. Otra noche nos fuimos con Men a las dunas de Tanuchert. El pueblo es precioso y la noche en el desierto es espectacular. Fue muy agradble estar charlando con Men debajo de la sestrellas, en ese silencio. Se levantó viento y nos volvimos al albergue.

Otra salida que tuvimos fue de día, después de comer, en Wadan. Nos fuimos a pasear, por hacer algo. En el camino nos encontramos con una chica que nos invitó a tomar té en su casa. Estuvimos charlando con ella, nos sacó sus cositas de artesanía y, aunque teníamos el firme propósito de no comprar nada, ni si quiera llevábamos la cartera, nos volvimos con una pocas cosas. Yo me compré la Malpha (velo) como no llevábamos dinero encima, la chica nos acompañó al albergue. Me llamómucho la atención su conversación. decía que ella no era guapa y que el color de su piel no era bonito como el nuestro. Le contesté que eso no era así. La verdad es que era guapa, con unos ojos preciosos, y una piel negra y lisa. Le expliqué que en Europa eso se consideraba muy bonito. Tiene 19 años, no está casada y sabe francés.

De vuelta al albergue nos paró un hombre que decía que era policía y nos hizo que le acompañáramos. Por un momento me puse nerviosa, no me gusta que me impongan lo que tengo que hacer y me sentí indefensa. Además aquí, cuando hablan serios parece que están muy enfadados. A lo mejor no es así. Me pasó con Ahmed, el guía y cocinero, que me dijo y todo que no estba enfadado, que era su forma de hablar. Acompañamos al policía (que era muy alto) hasta una gendarmerie, donde había otro hombre vestido de militar, dormido sobre una esterilla. No teníamos ninguna documentación encima. Nos hizo prometer que volveríamos en unos minutos con los pasaportes para que pudiera registrarnos en el liro. yo quería que nos acompañara Ahmed así que le expliqué lo que nos había ocurrido. Me dijo que eso no era problema de ese policía, que seguramente estaba aburrido y que no volviéramos. Asunto zanjado.

Esta noche hemos dormido en un hotel. Un hotel Mauritano, ¡claro!, pero tenía aire acondicionado y pude lavar la ropa. Tienen incluida en cada habitación una o dos cucarachas, sin incremento de precio. La cama era muy blanda y una vez que ya me he acostumbrado a dormir en el suelo lo prefiero.

Llegada al campamento base.

Esta noche dormimos en tiendas de campaña en edio de las dunas.
El día ha estado medio nublado y dicen que aquí es precioso cuando está despejado, no creo que duren mucho las nubes, ya casi está despejado.

Antes hemos parado en Akjout, para comprar agua suficiente para dos días.
Cerca del pueblo hay una mina de oro. También tienen un manantial, por lo que casi todo el mundo en esta región bebe agua embotellada.